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La historia del africano que fue disecado y expuesto en los mejores museos de Europa

Un comerciante francés lo desenterró y lo expuso como un animal

Un comerciante francés lo desenterró y lo expuso como un animal

En el mundo pasan cosas que a veces no podemos creer. Podemos pensar en alguna cosa extremadamente rara y lo más probable es que exista. En el siglo XIX, era casi común recolectar animales salvajes alrededor del mundo, traerlos a casa, embalsamarlos y mostrarlos casi como un trofeo de caza. Pero un comerciante francés fue un poco más lejos: trajo el cuerpo de un guerrero africano, lo disecó y lo dejó disponible para ser exhibido en un museo. Así es ¿imaginas ver a un hombre disecado y expuesto como si fuese un animal? ¿Cuántos curiosos se acercarían sin saber que un ser humano era la atracción de una exposición?

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Corría el año 1831 y el comerciante de francés Jules Verreaux observó el funeral  de un guerrero Setsuana en el interior de África, cerca de Ciudad de Cabo, Sudáfrica. Cuando anocheció, Verreaux fue hasta ese lugar, desenterró el cadáver y se llevó para su casa la piel, el cráneo y algunos huesos. Con la ayuda de alambres de metal actuando como espina dorsal, pedazos de madera ubicados como hombros y periódicos como relleno, Verreaux conservó las partes robadas. Con esa y otras muestras, el francés viajó hasta París. Ese mismo año, el cuerpo del africano apareció exhibido en una galería en la Rue Saint-Fiacre. Desde entonces fue llamado “El negro”. Medio siglo después, apareció en España.

Así fue presentado "El Negro" durante la exposición universal de 1888, en España

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Muchos años después, se pidió que “El negro” sea retirado de España, pero no sería hasta el año 2000 en que se lograría su regreso a África. El entierro del guerrero Setsuana ocurrió el 4 de octubre de 2000, en Gaborone, la capital de Botswana. Ese día estuvo acompañado de líderes religiosos que hicieron un homenaje a su figura.

Este es el lugar donde reposan los restos de "El Negro" en Botswana después de su peregrinaje por los museos de España y Francia.

El escritor holandés documentó todo esto y decidió escribir un libro sobre el regreso del “El negro”. La vuelta a casa no sería tan fácil. Pero algo sí es cierto: todos vuelven al lugar donde nacieron.