Las mujeres que marcaron a Stephen Hawking: el amor de la primera y el maltrato de la segunda [FOTOS]
Pese a poseer una salud resquebrajada, Stephen Hawking, vivió un profundo romance con su primera esposa; sin embargo, el amor terminó e inició un amorío con su enfermera personal. Las cosas no salieron bien y esta es su historia.
Durante una entrevista a Stephen Hawking se le preguntó si había algo que le quitaba el sueño y, por supuesto muy suelto de huesos dijo “¡las mujeres!” , e inmediatamente se percibió como parpadeaban sus ojos y conocida voz computarizada que lanzaba. Todos sus conocimientos de física y de matemáticas quedaron cortos al momento de descifrar el teorema del amor.
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Su vida sentimental del recordado Stephen Hawking se vio evidenciada a través de una película titulada “La teoría del todo”, que muestra cómo conoció a su primer amor. El científico bordeaba los 21 años y era un inquieto alumno de la prestigiosa universidad de Oxford, es ahí cuando conoce a Jane Wilde, semanas antes de ser diagnosticado con la esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
PRIMERA ESPOSA: JANE WILDE
Jane Wilde, madre de sus tres hijos, vivió uno de los momentos más felices junto a Stephen Hawking; sin embargo, la enfermedad del científico pudo más. Incluso Jane, tuvo que resistirse a desconectar del respirador artificial a su amado, en una de las severas crisis que atravesaba debido a la esclerosis lateral.
SEGUNDA ESPOSA: LA ENFERMERA ELAINE MASON
Su relación sentimental con Elaine Mason fue todo un misterio, lo único que se sabía es que se enamoró de su enfermera y terminaron casándose. Medios internaciones la llamaban “el mosntruo” o “la pesadilla”. Se sabe que Mason no solo se dedicaba a manipularlo, sino que lo humillaba, lo golpeó y en reiteradas ocasiones era víctima de maltrato psicológico.
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El hospital que atendía a Stephen Hawking evidenció en su cuerpo varios signos de maltrato que sufriría el reconocido científico en su casa. Sin embargo, su sufrimiento terminó cuando se ofreció para un vuelo de “Gravedad Cero” por el año 2007 y, en la que terminó colgando una foto en su despacho con una sonrisa de alivio y felicidad.
Sus últimos días la pasó con su cuidadora personal, Judith Croasdell, quién le dio calidad de vida.