Así es la historia del atleta al que los nazis convirtieron en mujer
Era tanto el poder de los nazis en la Alemania antigua, en especial de Adolf Hitler que obligaron a un hombre convertirse en mujer. Así como lo lees, se trata de Heinrich. Te preguntaras por qué harían tal cosa? pues a continuación te lo contamos, al saber la razón podría resultarte algo graciosa o todo lo contrario.
HISTORIA
Nos remontaremos a los Juegos Olímpicos celebrados en Berlín en 1936, esta era la oportunidad perfecta de Hitler para ganar y demostrar al mundo su absurda teoría de los poderosos que eran.
Alemania en aquel tiempo contaba con buenos atletas y así lo demostró al final de la competencia. Ganó 89 medallas, 33 más que Estados Unidos, que terminó segundo en la tabla de medallería.
Ahora mencionaremos a Gretel Bergmann, ella era una atleta considerada la reina del salto con altura. Asimismo, su medalla de oro era una de las más seguras. Como ella no existía ninguna en el mundo, pero había un problema para los germanos, y es que Gretel era judía.
La federación alemana de atletismo no podía permitir la posibilidad de una victoria judía en nombre de Alemania. Ese escenario, sin duda, desataría la furia de Hitler. Por ende, decidieron expulsarla tres años antes de la competencia.
Fue así como Bergman se fue para Gran Bretaña y rápidamente se convirtió en una de las candidatas para el oro olímpico. No obstante, antes de las olimpiadas, el Comité Olímpico Internacional exigió que los judíos participaran. Si Alemania no aceptaba, los juegos en ese país estaban en riesgo.
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Continuando con la historia, en 1934 a la fuerza y contra su voluntad la regresaron nuevamente a Gretel a Alemania. Posteriormente la inscriben en el equipo, pero a última hora y sorpresivamente las autoridades nazis deciden no dejarla participar, basándose a un posible 'bajo rendimiento'.
"Me hubiera gustado competir, sin duda", dijo, "sólo para mostrar lo que una chica judía puede hacer", dijo muchos años después, en diálogo con la BBC.
Al parecer esta fue la excusa perfecta para evitar que una judía represente a Alemania en las olimpiadas. Pero el dilema ahora sería otro, ya que tenían que buscar un reemplazo para pelear por la medalla y ganarla a como dé lugar.
Realmente debía de ser alguien parecido o superior a Gretel y la solución para el gobierno nazi fue de engañar al Comité Olímpico Internacional, presentando a Heinrich Ratjen quien era un hombre como Dora Ratjen.
Dora clasificó a la final olímpica pero no logró medalla. Pero si el cuarto puesto luego de alcanzar un salto de 1.58. Estuvo a punto de subir al podio, nada mal para ser su primera vez en la competencia. Era la heroína nazi del futuro.
Luego durante un campeonato europeo en Viena, Dora o Heinrich logró conquistar la medalla de oro con un salto de 1.70, pero la trampa se descubrió durante el viaje en un tren de regreso a casa.
Dora Ratjen fue arrestada y obligada a someterse a un estudio médico que dictaminó que biológicamente era un hombre. El médico de la SS, que desconocía la razón por la que él se había hecho pasar como ella, dio aviso a la justicia. Se la acusó de haber traicionado al Tercer Reich y de inmediato le arrebataron todos sus logros deportivos y los premios que había ganado.
Tras lo sucedido el régimen de Hitler para limpiar su nombre señaló que tras los estudios médicos, se determinó que el deportista sufría de nacimiento una malformación en los genitales que fue lo que hizo dudar a la partera y a quienes la criaron.
Según cuenta la revista Time en 1966, en un amplio reportaje, Dora o Heinrich confesó que nunca había vivido como una mujer y que fue víctima del nazismo, que la había forzado a competir en el salto de altura femenino "por el honor y la gloria de Alemania", y que por tanto desde ese momento había tenido que vivir como una mujer. Durante tres años.
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"Yo siempre he sido hombre, pero el régimen nazi, obsesionado con ganar una medalla, me obligó a competir como mujer", afirmó Heinrich.
Asimismo, luego de saberse la verdad prometió cesar de inmediato con la práctica deportiva y en realidad con toda práctica como mujer.
EL DATO
Esta acción de faltar a las estrictas reglas nazis habría significado la muerte para cualquiera. Sin embargo, el régimen, consciente de que había sido el patrocinador del engaño, llevó al deportista a un juicio en el que quedó absuelto.
Mientras que según la BBC, Heinrich fue reclutado en el ejército y más tarde trabajó como camarero en Hamburgo y Bremen antes de su muerte registrada en el 2008.