¿Qué significa la expresión ‘lo han ojeado’ y por qué pasa más en los niños?
Existen muchos mitos detrás de esta frase, quién no lo ha escuchado. Si tienes pequeños en casa, de seguro tu abuela y quizá tu madre, te habrán dicho que la razón para que un niño no deje de llorar es porque seguro ‘le han mirado mal’ o ‘le han ojeado’, es decir, una persona con energía muy negativa ha traslado esa vibra al pequeño. Hoy te explicaremos el origen de esta creencia.
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Lo primero que debemos decir es que nuestras mamás tienen algo de razón, pues es cierto que existen personas con mala vibra, onda o energía que puede traducirse como envidia. Bajo esta premisa, este mito viene desde el siglo XVIII, con las supersticiones mágicas y donde el ‘mal de ojo’ se les atribuía a las brujas, que eran capaces de dañar a sus enemigos con solo mirarlos.
Con el paso de los años, la creencia dice que las personas con demasiada energía negativa acumulada, pueden con la mirada ‘pasar’ parte de sus resentimientos, es decir tienen una especie de 'mirada fuerte'. En algunas ocasiones se puede expresar con cansancio, pesadez, infecciones oculares, malestar muscular o una extraña sensación de simplemente pierdes el interés a todo lo que haces.
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Para ‘contrarrestar’ este mal se utilizan distintos amuletos, desde piedras extrañas, ritos populares (pasar el huevo, el cuy, etc) e incluso oraciones cristianas. Los más propensos a sufrir este mal son los niños, pues su pureza o inocencia son débiles ante tanta energía negativa.