¿Recuerdas al niño que fumaba 40 cigarrillos diarios? Así luce tras un radical cambio de vida
Tras nueve años de luchas y habiendo superado dos adicciones, Ardi Rizal lleva una alimentación balanceada y libre de adicciones. Él está más que feliz, su últimasfotografíashablan por sí solas.
Hace algunos años, todo el mundo quedó consternado cuando conoció a Ardi Rizal, un niño que tenía el horrible hábito de fumar. El vídeo que fue publicado en YouTube generó miles de comentarios, la mayoría escépticos, porque era poco creíble que un niño de 2 años fumara con tanta naturalidad. Pero cuando los medios de comunicación abordaron el caso, descubrimos que era cierto, y que Ardi era solo un caso de los miles de fumadores en Indonesia.
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En este país la edad promedio para empezar a consumir tabaco es 13 años, pero ya se han registrado casos de niños de 5 o 6 años que son adictos. ¿Cómo es posible? Todo es culpa de una ausencia en la regulación de las campañas publicitarias, convirtiendo a Indonesia en un ‘paraíso del marketing’, pues no hay leyes que limiten la publicidad, por lo que es muy común que se ofrezca cigarros a los jóvenes. Las grandes empresas se aprovechan de los vacíos legales.
A raíz de esta abrumante publicidad, es común que en todas las familias indonesias tengan por lo menos a un adicto fumador. En el caso de la familia de Ardi, sus padres eran quienes padecían este vicio.
Un día, mientras el pequeño jugaba, vio cómo sus padres fumaban, así que decidió tomar un cigarrillo e imitar lo que hacían. Tras inhalar tabaco por primera vez, no hubo vuelta atrás. Desde aquel momento, Ardi se convirtió en el bebé fumador.
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Los padres trataron de corregirlo, pero sus esfuerzos fueron en vano, porque el pequeño los manipulaba y hacía berrinches si no le daban cigarrillos. Cuando el pequeño cumplió dos años, llegó a fumar hasta 40 cigarrillos al día. La noticia dio la vuelta al mundo y causó tanta indignación, que el Gobierno tuvo que pronunciarse y mandar al pequeño Ardi a rehabilitación, claro, también estaban incluidos sus padres.
Poco a poco su salud fue mejorando, pero cuando dejó de fumar, pasó a otro problema: la adicción por la comida chatarra. Ardi empezó a subir de peso y nuevamente tuvo que entrar en terapia, esta vez para controlar su obesidad.
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Tras nueve años de luchas y habiendo superado dos adicciones, Ardi Rizal lleva una alimentación balanceada y libre de adicciones. Él está más que feliz, su última foto habla por sí sola.
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