¿Qué pasó con el hombre que cruzó las Torres Gemelas sobre una cuerda?

Cuando se lo propuso, este hombre asegura que solo quería lograr algo increíble. Algo que trascendiera, que le diera 'vida eterna'. Solo doce personas a lo largo de la historia han logrado pisar la luna, pero solo una pudo cruzar las Torres Gemelas del Word Trade Center (Estados Unidos) sobre una cuerda floja, su nombre: Philip Petit. Llamado el “crimen artístico del siglo” por la espectacularidad del hecho. Él diría años después que alcanzó las nubes. Petit retó a la muerte, y ganó. Una victoria que preocupó mucho a sus mejores amigos y familiares, aquellos que confiaron que este francés podía ser un gran funanbulista. En el mejor.

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A los 18 años vio un anuncio en un periódico que anunciaba una construcción sin igual que cambiaría su vida. Petit confiesa en el documental Man on Wire (2008) que en ese instante descubriría su sueño. Las edificaciones no existían aún, así que esto le daba tiempo para planear todo con calma. Seis años después, en 1974, su nombre entraría en la historia. Con un simple arco y una flecha pasó un primer cable guía de una azotea a otra, mientras un colaborador la tensaba, luego se pasó otro definitivo de más de 200 kg de peso. Petit, con un contrapeso de 8 metros de largo y  25 kg, tenía delante su sueño. A 415 metros de altura se veía solo un punto negro sobre una cuerda, desde arriba, un hombre valiente cruzaba dos torres gigantescas, pero para él estaba cruzando el mundo.

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Al poco tiempo la gente se empezó a agrupar y ver con asombro a ese hombre desde abajo. Todos estaban asustados. Quizá era un suicida, o un loco, pero era solo un hombre con un sueño. El acto dura alrededor de 45 minutos, tiempo que sirvió para que el equilibrista cruzara 8 veces entre las dos torres. Petit fue detenido después de terminar. El funanbulista fue condenado a realizar un show para niños en Central Park, donde repitió su hazaña pero esta vez entre dos pequeñas torres a ambos lados de uno de los lagos

En la actualidad, pese a sus 66 años, Philip Petit sigue activo y recorre el mundo contando su hazaña: el crimen artístico del siglo. “Continúo haciendo todos mis artes: magia, malabarismo en la calle, pero de forma puntual y solo parará cuando las piernas no le funcionen más. Mientras tanto seguirá poniendo objetivos para demostrar su arte.

Otro de los sueños de Petit es abrir una escuela, una fundación, de los artes del teatro, no tanto para enseñar, sino para abrir puertas a aquellos que quieran formar parte de este universo artístico. Él quiere mirar el mundo desde arriba. Ya lo hizo y lo seguirá haciendo.