¿Por qué los cocineros usan sombreros altos? Conoce el curioso motivo
Te has preguntado ¿por qué los cocineros llevan gorros altos? Además de una cuestión de higiene, una poderosa razón histórica los avala. Estamos seguros que ni lo sospechas.
No amigos, no es solo higiene. El Perú está en boca de todos por su rica gastronomía. Para nadie es un secreto que fue Gastón Acurio el embajador de este distintivo. Mostrando la mezcla de cultura y sabor que nos caracteriza. Somos una tierra rica en huariques, pero eso no nos quita protagonismo en la alta cocina. Muchos restaurantes de renombre llevan la marca Perú y si somos observadores, notaremos que todos los chef comparten algo en sus cabezas: un largo y níveo gorro. ¿A qué se debe?
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Lo primero que debes saber es que este distintivo se llama “toque blanche” y, aunque sus funciones básicas están relacionadas con la higiene, tiene otros atributos muy interesantes. Si empezamos por lo más lógico, este ‘sombrero’ absorbe el sudor del chef, quien está en contacto directo con los fogones de la cocina, y también cuida que el cabello no caiga sobre los alimentos. Pero como es obvio, estos objetivos podrían alcanzarse igualmente con diseños distintos. Entonces ¿Por qué es especial?
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Según estudios, en el siglo XIX era frecuente creer que la altura del sombrero destacaba por la importancia y destreza del chef. Se dice que el célebre Marie-Antoine Carême llegó a ataviarse con un gorro de más de 40 centímetros de altura. En la actualidad, parte de este concepto se mantiene, pues en los restaurantes más elegantes, solo un verdadero jefe de cocina está autorizado de usar el “toque blanche”.
Pero eso no es lo único, veamos que revela el portal ABC: “Del mismo modo, existe una teoría para explicar por qué estos característicos sombreros tienen pliegues. Se dice que originalmente servían para informar sobre los conocimientos del cocinero. Cada pliegue en el gorro indicaba que su portador sabía preparar un alimento determinado de una manera diferente. Algunos llegaron a contabilizar nada menos que cien dobleces, por lo que cabría esperar que supiesen cómo cocinar huevos, pollo u otra especialidad de un centenar de maneras”.
Aunque no está claro dónde empezó esta tradición, sí que es interesante conocer su significado.