Jugaba a escondidas con su niñera, pero 5 minutos después su vida acabo por una tragedia
La tragedia puede presentarse en cualquier momento de la vida, y un simple descuido puede ser la diferencia entre la vida y la muerte, y así lo aprendieron estos padres, quienes pasaron por el peor trauma de sus vidas.
Los niños suelen ser intrépidos, curiosos y muy inquietos, por ello es mejor siempre estar alerta y cuidarlos al mínimo para evitar cualquier tipo de accidente, pero aveces solo unos minutos podría significar la diferencia entre la vida y la muerte, y así lo aprendió una familia por medio de la tragedia.
“¿Sabrías mi nombre si te viese en el cielo? ¿Sería lo mismo si te viese en el cielo?”, dice parte de la canción que el padre famoso le compuso a su fallecido hijo, ya que tras cinco años de felicidad, todo se volvió oscuro en la vida del famoso Conor Clapton.
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Era 1985 cuando el cantante y guitarrista inglés conoció a Lory de Santo, quien se convertiría en el amor de su vida, pero la relación inició con problemas y aún así ella salió embarazada, pero él le aclaró que no estaba listo para esa responsabilidad.
El embarazo avanzó, mientras Erick intentaba arreglar su vida tras salir de rehabilitación antes de convertirse en padre; sin embargo, decidió en 1986 que su hijo era lo más importante, y ambos cuidaban del pequeño Conor.
La familia vivió momentos de felicidad, hasta que dos años más tarde los padres de Conor se separaron , y la mujer regresó a Italia. En marzo de 1991 ella viajó con su hijo para la Pascua en familia en Nueva York, y el 19 de diciembre todos fueron al circo, convirtiéndose ese en el mejor día de sus vidas.
"Ese día fue el día más feliz de sus vidas”, indicó la modelo en una entrevista, ya que el artista le dijo que quería recuperar a su familia y asumir al 100% la paternidad de su hijo, pero el destino les tendría preparada la peor jugada.
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Fue el 20 de marzo de 1991 cuando el pequeño se levantó feliz porque iría al zoológico con papá, y aún en pijama, comenzó a jugar a las escondidas con su niñera mientras su madre estaba alistándose para salir.
Nadie supo que la persona encargada de la limpieza de los vidrios había dejado el ventanal abierto, y el pequeño Conor terminó cayendo de él hasta un vacío de 53 pisos, muriendo al instante.