¿Sabías que los videojuegos en streaming son dañinos para el medio ambiente?

Si la mayoría de streamers utiliza los servicios de streaming para transmitir sus sesiones de juego, la contaminación ambiental aumentaría en un 30%. Así lo reveló un estudio de la Universidad de Lancaster.

Los cálculos detrás de este resultado son claras. Si bien se asocia al juego en la nube como algo «limpio», ya que los jugadores poseen sus propias computadoras de gama alta, la realidad es que una partida en streaming consume un 156% más de energía que una partida utilizando equipos locales como una consola o un ordenador.

Pero ¿a qué se debe esto? Sucede que la ejecución en la nube no es tan inofensiva como parece, ya que la nube, es en realidad un gigantesco conjunto de servidores que consumen enormes cantidades de energía. Pero eso no es todo, ya que para soportar esta forma de juego, se requieren miles de routers, centros de datos y decenas de miles de kilómetros de fibra óptica.

Según un estudio realizado por la Universidad de Lancaster, este contexto se desarrolla en tres escenarios: uno en el que los servicios de juegos por streaming siguen siendo un nicho, uno el que abarcaría el 50% del mercado y otro en el que los usuarios de estos servicios formen el 90% de los jugadores.

En este último escenario -que es probable que se dé en 2030- las emisiones de dióxido de carbono globales son un 30% superiores en comparación con el modelo actual. Asimismo, esto se daría suponiendo que el streaming sea a una resolución de 1080p, ya que si se impone el 4K, las emisiones serían mucho mayores, y por lo tanto la contaminación también sería peor.

Por otro lado, los defensores del streaming justifican esta modalidad porque alegan que al producirse menos componentes electrónicos como consolas, discos, entre otros; la contaminación y el consumo de recursos bajarían bastante. Además, Microsoft, empresa que se encuentra preparando su propio servicio de streaming de videojuegos, asegura que sus servidores serán mucho mejores y más prácticos que cualquier consola.

Hasta la fecha, Google posee Stadia, su propia plataforma de juegos en streaming, y ellos también afirman que sus servidores son el doble de competentes que su competencia. Tanto Microsoft como Google aseveran que sus servicios de transmisión tienen una huella de carbono neutral. No obstante, decir que contaminan menos es muy pretencioso, ya que muchas empresas lo logran comprando derechos de emisión a otras entidades; por lo que se trata de un concepto más burocrático que legal.

Lo cierto es que por ahora, servicios como Stadia no ha llegado a conquista al público en su totalidad, pero si se mejora su rendimiento y se reducen las tarifas, es muy probable que el juego en la nube sustituirá a las consolas tradicionales en pocos años.