Ella tiene 38, él 77; ambos tuvieron un bebé y son la familia más peculiar del mundo (FOTOS)
Kat en 2006 decidió ir a un viaje de “mochileo” por Australia, sin imaginar que en la travesía encontraría al amor de su vida.
Dicen que para el amor no hay edad, es así como miles de parejas pese a esa sutil diferencia deciden comprometerse, casarse y querer formar una familia. Sin embargo, ese sueño se desmorona cuando uno de ellos termina por ser infértil, ya sea por la diferencia de edades, problemas genéticos o de nacimiento.
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Una historia parecida le tocó vivir a la alemana Kat Hoffman, que en 2006 decidió ir a un viaje de “mochileo” por Australia, sin imaginar que en la travesía encontraría al amor de su vida.
Es así como conoció a Kevin King, un jubilado, divorciado, sin preocupaciones que pasaba su vida dentro de una casa rodante viajando por el mundo. Inmediatamente Kevin al ver a Kat quedó prendado de su belleza, es así como le ofreció alojo a cambio de que le ayudara con las tareas de manutención de esta.
“Éramos solo amigos y yo me quedaba en su caravana y cocinaba. Mientras dormíamos en su cama doble nunca pasó nada. Pero un día en el verano 2007, en un supermercado, él chocó contra mí por accidente y me enojé, discutimos y amenacé con irme. Después conversamos y acabamos besándonos. Al tiempo después, ya éramos una pareja”, comentó una emocionada Kat.
Posteriormente, King le pidió matrimonio a Kat, a pesar de los 29 años de diferencias que había entre ambos, él se encontraba divorciado y tenía una hija mayor, exactamente 14 años más que la joven Kat de 38 años. Sin embargo, para sorpresa de Kit descubre por boca de su propio esposo que le había mentido en su verdadera edad, los años de diferencia eran 39 años; sin embargo, ya el matrimonio estaba consumado y ella estaba perdidamente enamorada.
Lo más hermoso de la historia es que al poco tiempo de estar buscando incansablemente quedar embarazada y tras haber agotado todos los recursos. Un día Kat se sintió mal, fue al doctor y le dijo que estaba embarazada. Así nació el pequeño Pierre, para dar el toque de felicidad que faltaba en esta singular familia.