Ella dejó todo para conocer el mundo en bote, su única compañera es una gata

Si estuvieras en una isla ¿Qué sería lo único que quisieras tener a tu lado? A todos nos han hecho esta pregunta, algunos respondemos comida, un buen libro, a tu pareja o quizá tu mascota. Esta podría ser parte de la filosofía de vida de Liz Clark, una joven que decidió abandonarlo todo por seguir sus sueños y se llevó nada más y nada menos que a su gata ¿Quién dijo que los mininos tienen miedo al agua?

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 A los 7 años Liz aprendió a navegar. Desde que conoció el mar, le encantó, así que sus primeros viajes fueron a bordo de un barco familiar. Su amor por el mar la acompañó hasta adulta, así que decidió ahorrar para comprar su propio bote y cumplir su sueño de proteger el mundo natural y convertirse en capitán de su propia embarcación. Desde el 2011, Liz viene cumpliendo esto.

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En el 2013, en una de sus pausas donde pisa tierra firme, descubre a una gatita abandonada. La minina tenía aproximadamente 6 meses, estaba con frío y delgada, pero su mirada tierna conquistó el corazón de Liz y de inmediato la adoptó. Le llamó Amelia Tropichat, un nombre elegido en referencia a María Amelia Earhart, la primera mujer en cruzar el Océano Atlántico en avión en 1928.