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¿Cómo saber si un lunar es cancerígeno? 5 signos para descubrirlo

Conoce las cinco señales que te avisan sobre un lunar peligroso, que -al mismo tiempo- podría significarun cáncer de piel o melanoma.

El primer síntoma de cáncer de piel es la aparición de nuevos lunares o cambios que se pueden ir desarrollando en los que ya tenemos.

El primer síntoma de cáncer de piel es la aparición de nuevos lunares o cambios que se pueden ir desarrollando en los que ya tenemos.

El cáncer de piel es una de las enfermedades que ha aumentado sus estadísticas en cuanto a causa de muerte durante los últimos años. Y es que, según los especialistas este tipo de cáncer es uno de los más peligrosos que existe, pues suele avanzar de forma silenciosa en el cuerpo.

Según el Instituto Nacional del Cáncer, el cáncer de piel tipo melanoma (el más peligroso y letal) empieza en los melanocitos (célula de la piel encargada de la pigmentación).  Generalmente, su primer síntoma es la aparición de nuevos lunares o cambios que se pueden ir desarrollando en los que ya tenemos. Por ello, cuando se aprecia alguno de estos signos, los especialistas recomiendan acudir inmediatamente con un dermatólogo para un correcto diagnóstico.

No obstante, nosotros mismos debemos llevar a cabo revisiones periódicas que son muy sencillas y que permiten identificar los lunares malignos.

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Según Onocosalud, una forma de identificar el cáncer de piel tipo melanoma, es a través de la técnica del “ABCDE” del lunar, que te muestra cuáles son los signos del lunar cancerígeno.

Asimetría (A)

Por lo general los lunares comunes son en forma esférica y simétricos, es decir, si se son partidos en dos mitades, estas dos partes son similares. Sin embargo, un lunar maligno no tiene forma definida; si se les divide en dos partes, ninguna es igual a la otra.

Bordes irregulares (B)

Un lunar benigno tiene un borde claro y bien definido, mientras que un lunar que apunta a ser cáncer de piel, posee un contorno borroso e irregular. Las líneas no son continuas y no se puede definir claramente donde inicia y donde termina. Es decir, crece con bordes salientes y entrantes ya que el pigmento se extiende por la piel.

Color disparejo (C)

Los lunares normales presentan un solo color parejo y homogéneo, pero si este presentara una combinación de varios colores a la vez como café, negro y, en ocasiones, con zonas blancas y rojizas, es un signo de riesgo. Lo recomendable es ir a un dermatólogo para su pronto diagnóstico, ya que podría tratarse de un melanoma.

Diámetro (D)

La mayoría de los lunares miden entre 2 y 3 milímetros. Si estos crecen con un diámetro mayor a los 6 milímetros, es decir, más grande que un borrador de lápiz, podría tratarse de cáncer de piel. Esta característica es considerada la más importante al momento de detectar un lunar maligno.

Evolución (E)

Generalmente, los lunares suelen crecer lentamente y se detienen cuando ya eres adulto. Sin embargo, aquellos que son malignos por lo general aparecer de forma inesperada y crecen rápidamente. En caso sea un lunar ya existente, este cambio también suele ser veloz, en semanas o solo meses. Además, la textura de esta mancha suele ser distinta.