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Familias pobres viven en cementerio y niños usan los cadáveres como juguetes [FOTOS]

Un cementerio en Filipinas se ha convertido en el hogar de miles de personas donde usan las lápidas para dormir y los niños juegan con los huesos de los cadáveres recién exhumados.Fotografías en Facebook asombraron al mundo.

aweita.pe

Vía Facebook. ¿Alguna vez imaginaste que los cementerios serían el hogar de miles de personas? El cementerio filipino llamado Manila North es uno de los camposantos más grandes de Filipinas, cuyas instalaciones descansan los presidentes, estrellas de cine y grandes literarios del país. Abrió sus puertas en 1904, pero a fines de la década de 1950 ha sido el lugar de 10 000 personas pobres.

En las imágenes de Facebook, se aprecia a los residentes construir casas improvisadas sobre tumbas y ataúdes. Además, por escabroso que pueda resultar, las cámaras del entierro vacías son utilizadas para la cena, mirar televisión, colgar la ropa para secarse, miran televisión, cuelgan la ropa para secarse, cuidan a sus hijos, cantan karaoke o dormir, a pocos centímetros de los muertos.

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TRABAJO EN EL CEMENTERIO

Los residentes del cementerio han encontrado una serie de trabajos para subsistir, grabando los nombres de los recién muertos en lápidas. Sin embargo, otros han encontrado un trabajo más lucrativo como la construcción de criptas y mausoleos: ser cuidador de 20 tumbas paga 315 euros por año.

“La mayoría de la gente aquí no tiene ingresos, pero tratamos de encontrar trabajos ocasionales para poder subsistir. Vendemos flores a las familias de las víctimas, hacemos lápidas o construimos ataúdes”, dijo la residente Elvira Miranda, de 68 años, que ha vivido en el cementerio durante 51 años.

LOS HUESOS SON JUGUETES PARA NIÑOS

Los niños han encontrado un espacio para jugar a las cartas en las tumbas, y el mismo tiempo a los padres de familia se mantienen informados de los últimos acontecimientos en su país gracias a un televisor improvisado con una conexión clandestina.

Hay tiendas que venden bocadillos, bebidas y cigarrillos, a veces para irse a las tumbas como ofrendas para los muertos, así como también jabón y otros artículos básicos, e incluso hay puestos de Karaoke y videojuegos que los residentes acuden al atardecer.

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