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"Causa gran dolor psicológico": Japón le pide a China detener pruebas anales para detectar COVID-19

A pesar de que para China este procedimiento es muy eficaz para detectar el coronavirus, según el Gobierno de Japón, esta prueba rectal le causa a sus ciudadanos un "sufrimiento psicológico".

Japón pide a China que detenga pruebas rectales de COVID-19 a sus ciudadanos

Japón pide a China que detenga pruebas rectales de COVID-19 a sus ciudadanos

Japón ha captado la atención de medios internacionales por solicitarle a China que se detenga con las pruebas anales para detectar el COVID-19. Estos test no solo son realizados en ciudadanos chinos, sino también en japoneses y según el portavoz del Gobierno nipón, este procedimiento "causa dolor psicológico".

El secretario jefe del Gabinete, Katsunobu Kato, informó que su gobierno no ha recibido ninguna respuesta de Pekín con respecto a cambiar las pruebas, por ello, Japón continuará pidiéndole a China que lo modifique cuanto antes.

"Algunos japoneses informaron a nuestra embajada en China que se sometieron a pruebas de frotis anal, lo que les causó un gran dolor psicológico", declaró Kato en una conferencia de prensa. Asimismo, las autoridades no informaron el número de ciudadanos japoneses que se sometieron a estos test.

El funcionario también enfatizo que seguirá insistiendo al gobierno chino para que no realice más pruebas rectales a sus compatriotas, y destacó que su método “no se ha aprobado en ningún otro lugar del mundo”.

Cabe recordar que el país asiático comenzó a usar hisopos rectales a fines de enero. Según las autoridades sanitarias de China, este nuevo procedimiento identifica con mayor eficacia a los portadores silenciosos que dieron falsos negativos en la prueba de hisopado común.

No obstante, Pekín no ha autorizado su uso en otros países y solo realiza estas muestras anales en algunas ciudades del la región.

De acuerdo al medio The Mainichi, varios trabajadores japoneses en Beijing han cuestionado este tipo de método para detectar el COVID-19 e incluso la han calificado como una acción que humilla a las personas y viola los derechos humanos.