La terrible verdad detrás de la muerte de la niña que nadie rescató de los escombros (FOTOS)
El rostro de Omayra dio la vuelta al mundo y 30 años después su historia sigue conmoviendo. Ella murió de pie, atrapada en entre lodo y escombros. La niña que simbolizó la tragedia y esperanza.
Una historia que nadie debe olvidar. La niña que ves en portada es Omayra, una niña cuya muerte dio la vuelta al mundo. Ella vivía en la localidad de Armero, Colombia, pero la erupción del volcán Nevado del Ruíz provocó una avalancha de lodo, escombros y piedras que sepultaron a su comunidad. En medio de esta tragedia, la pequeña logró sacar su cabeza a flote, pero no fue por mucho tiempo.
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La catástrofe sucedió hace más de 30 años. El volcán había estado un siglo sin actividad, pero el 13 de noviembre de 1985 todo cambió. La energía almacenada arrasó con todo, dejando a esta comunidad colombiana en la más triste miseria.
Medios de todo el mundo llegaron para informar sobre el estado de las víctimas, los daños y damnificados. Entre todas las imágenes de la tragedia, hubo una foto que hizo llorar a todos. Una pequeña niña atrapada en el agua y cuya mirada reflejó perfectamente todo lo que se estaba viviendo.
“Cuando llegué al sitio ella estaba casi sola, algunas pocas personas la rodeaban. Sin embargo, los bomberos asistían a otra persona a un poco más de distancia de allí. Estaba dentro de un pozo grande, atrapada de la cintura para abajo por concreto y otros escombros de las casas que fueron devastadas. Ya había aguantado tres días en esta situación, estaba adolorida y muy confundida”, cuenta Frank Fournier, fotoperiodista que logró capturar la instantánea.
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Omayra era la protagonista. La niña era presa del lodo y escombros. Sus tiernas piernas no podían salir y sacarla de aquel lugar hubiera significado arrancarle sus extremidades. Los rescatistas se acercaban para darle palabras de consuelo, los periodistas la interrogaban, pero la agonía de estar atrapada duró varios días, según informa Upsocl.
Lamentablemente la ayuda no llegó a tiempo y Omayra murió de pie, con la cabeza apoyada en una tabla de madera y con ojos ennegrecidos. Fue sepultada en el mismo lugar donde murió, pues sacarla hubiera significado amputarle las piernas, algo con lo que su madre no estaba de acuerdo.
Ella fue el símbolo de la tragedia, y al mismo tiempo un ángel.
Por otro lado, Frank Fournier fue ganador del World Press Photo. La expresividad retratada de Omayra se impuso ante miles de instantáneas en el mundo. Claro, esto también le valió muchas críticas al fotoperiodista, pues lo acusaron de no haber ayudado a la niña mientras tenía vida.
“Al tomar su fotografía me sentí totalmente incapaz, sin poder alguno de ayudarla. Ella enfrentaba la muerte con coraje y dignidad, sentía que su vida se le iba”, dijo Fournier a la BBC.