“Mujer vampiro” confiesa oscuros secretos y revela cómo consigue sangre humana [FOTOS]

Desde el estreno de “Drácula”, se han difundido miles de teorías e historias sobre la existencia real de los famosos vampiros, extrañas criaturas asociadas con fuerzas malignas y demoniacas, que se alimentan de sangre humana para poder sobrevivir. Si bien esta descripción existe en el imaginario social desde hace siglos, existen miles de historias, documentales y hasta series que hablan sobre la oscura vida de estos seres. ¿Existen realmente?

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Andreas Bathory, una mujer que vive en los alrededores del famoso castillo de Drácula en Transilvania, Rumania, demuestra que los vampiros no solo existen en la ficción, y confiesa cómo es la oscura vida que llevan estos seres en la vida real al ser parte de ellos, pero de los que integran la comunidad tradicional.

“Mantengo mi distancia de la comunidad de vampiros moderna. Nosotros preservamos tradiciones que tienen más de 600 años de antigüedad. El vampirismo moderno está lleno de prácticas sexuales que van en contra de la existencia máxima del vampiro”, señaló Andreas al Daily Mirror.

Según reveló, ella duerme en un ataúd cuando quiere “contactarse con las almas de los muertos”.

Cuenta que su vida cambió cuando un alma la visitó en sus sueños: un hombre de la guerra con gusto por la sangre que la “eligió” para difundir “un mensaje”. "Hace cuatro años, vino a mí en mis sueños. Estaba en una cámara oscura y me llamaba 'mi hija'. No creo que sea su descendiente, sino que él me eligió para transmitir su mensaje y sus tradiciones a la nueva generación... Después de esa noche, llevé una ofrenda al lugar donde fue asesinado, y él me dijo: 'tu vida cambiará para siempre ahora'. Lo hizo”, relató Bathory.

Andreas Bathory es ahora la , líder del club de vampiros de Ordo Dracul, un grupo que afirma haberse formado cuando Drácula fue asesinado en 1476.

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En lugar de atacar a sus víctimas y mordelas en el cuello para extraer el líquido rojo, el grupo cuenta con voluntarios llamados “cisnes negros”, quienes voluntariamente donan su sangre, y son tantos los voluntarios que la mujer vampiro nunca tiene salir a buscarlos sino que ellos acuden a sus pies.

"Nos alimentamos solo de donantes consensuales. Te sorprendería la cantidad de personas que se ofrecen libremente si les haces saber que eres un vampiro”, contó.