¿Recuerdas a la bebé más prematura del mundo? Así luce a sus 4 años tras ser “resucitada”

La madre de Lyla Stensrud, la bebé más prematura del mundo, salió al frente para confesar que tuvo que rogar a los médicos para que resuciten a su pequeña. Actualmente tiene 4 años y luce espectacular.

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Lyla Stensrud fue llamada la “Niña milagro” porque logró sobrevivir luego de nacer en la semana 21 y pesar menos de una libra durante el nacimiento más prematuro del mundo. Después de cuatro años, su madre Courtnet decidió romper su silencio y recriminó la acción de los médicos, quienes en ese entonces se negaron a resucitar a su pequeña que se debatía entre la vida y la muerte.

Han transcurrido cuatro años desde que la pequeña Lyla tuvo una sorprendente pelea por la vida. Actualmente, la niña goza de una óptima salud y es muy feliz. El peculiar nacimiento ocurrió en el 2014, y los médicos al ver que la bebé tenía el peso mínimo de una libra no lo pensaron dos veces y se negaron a resucitarla durante el complicado alumbramiento.

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El punto más crítico de Courtney durante su embarazo ocurrió cuando tenía 21 semanas y cuatro días de embarazo y fue al baño.  “algo no se sentía bien, así que me agaché y (el bebé) me agarró el dedo. Por suerte, mi obstetra y ginecólogo estuvo de guardia esa noche, así que me apresuraron a dar a luz y en 10 minutos nació”, comentó.

"Tenía 20 semanas y media de embarazo y me desperté con un charco de sangre.  Me apresuré a regresar a la sala de emergencias y como tenía más de 20 semanas, me enviaron a la sala de clasificación. Si yo estuviera debajo de las semanas, me habrían admitido en la sala de emergencias y mi hija no estaría viva hoy" declaró Courtney.

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Lyla nació en julio de 2014 con un peso de 410 gramos (14.4 onzas) solo dos onzas más que una lata de refresco estándar de 12 onzas y 10 pulgadas de largo, aproximadamente la longitud de un sobre.

La madre se mostró orgullosa de su pequeña, quien interactúa con otros niños de su misma edad, pero tiene un retraso en el habla. Aparentemente el único estrago que quedó de su nacimiento prematuro.  

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