“Un hogar para la desinformación y el odio”: activistas critican duramente a Facebook por evadir temas políticos y sociales
Los grupos que generaron el boicot contra la publicidad en la red social acusaron a la compañía de no haber actuado correctamente ante las críticas.
Continuan los problemas mediáticos para la red social más poblada del mundo. Los líderes de grupos activistas que promovieron la campaña-boicot en contra de la publicidad en Facebook vuelven a arremeter contra la compañía por tolerar la desinformación, el discurso de odio y el acoso. Los detractores de la compañía de Mark Zuckerberg criticaron duramente a su plataforma calificándola como “un hogar para la desinformación y el odio”.
El evento ocurrió durante una reunión realizada el pasado martes 7 de julio, en la que los miembros más importantes de estos grupos activistas y ejecutivos de Facebook se juntaron para deliberar la situación. Las agrupaciones demandan que la compañía actúe de forma más drástica contra publicaciones de este tipo y que se hagan cambios tanto a la estructura de manejo como al modelo de negocio de la publicidad en la red social.
La auditoría resalta que Facebook no reaccionó de forma correcta ante los pedidos de los activistas, actuando de forma lenta y despreocupada en la adopción de medidas que protejan a sus usuarios del acoso y la discriminación que abunda en la plataforma. “Facebook ha hecho progresos notables en algunas áreas, pero aún no ha dedicado suficientes recursos o se ha movido con la suficiente velocidad para abordar la multitud de desafíos de derechos civiles que tiene ante sí” dijo Laura Murphy, directora de la oficina legislativa de la Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos.
Desde que la auditoría entro en vigencia allá por 2018, los cambios que Facebook ha ido implementado para cumplir con los reclamos de las agrupaciones han sido un “vaivén de progreso y retroceso” según las palabras de Murphy. Pese a que, desde entonces, la compañía ha tomado cartas en el asunto para lidiar con publicaciones sobre “supremacía blanca” y la orientación discriminadora de anuncios, aún hay un largo camino por recorrer para lograr un ecosistema saludable para los usuarios.
Por si fuera poco, la reunión del pasado martes no fue del agrado de los asistentes debido a que tanto Mark Zuckerberg como Sheryl Sandberg, CEO y COO de la compañía respectivamente, se mostraron evasivos ante los reclamos de los activistas, quienes pusieron sobre la palestra polémicos temas coyunturales que han ocurrido con la red social en las últimas semanas, principalmente la negación a retirar las publicaciones del presidente Donald Trump sobre los saqueos en las protestas por el asesinato de George Floyd.
"Hacia el final de la reunión, [Mark] dijo: ‘Es útil escuchar los matices de estos problemas’. Y le respondí: ‘ Mark, no hay matices para el nacionalismo blanco’. Esto no es una cuestión de relativismo moral" mencionó Jonathan Greenblatt, CEO de la Liga contra la Difamación. Los promotores de la campaña Stop Hate for Profit coincidieron que lo que debe hacer Facebook es modificar totalmente su modelo de negocio, ya que, básicamente, su definición de lo que es “discurso de odio” varía de acuerdo a sus intereses políticos y financieros.
“Los lobbistas tienen interés en mantenerse unidos con los funcionarios electos. Tiene que existir una división, un muro entre las personas que toman decisiones de moderación de contenido y aquellos cuyo trabajo es mantener contentos a los actores gubernamentales, independientemente de quién esté en el poder en Facebook” dijo Jessica Gonzáles, co-CEO de Free Press, grupo abierto de defensa de Internet.
Gonzáles también destacó que, pese a que más de 900 marcas se unieron a la campaña Stop Hate for Profit, incluyendo a grandes compañías como Ford, Sony, Microsoft, Starbucks y The North Face, un artículo del Wall Street Journal informó que estas representan menos del 1% de lo que Facebook gana en publicidad. “Es de su interés comercial dejar que todo este odio se libere. Está en sus intereses comerciales tener una visión poco sofisticada sobre la libre expresión” sentenció la activista.