COVID-19: Europa empieza a prohibir el uso de mascarillas de tela ¿a qué se debe esta medida?
Las nuevas cepas de coronavirus en el “viejo continente” han obligado a los gobiernos de países como Alemania, Francia y Austria a tomar medidas más severas para evitar los contagios masivos. El uso de una mascarilla reglamentada es una de ellas.
La pandemia del COVID-19 no deja de causar estragos en varias sociedades alrededor del mundo y, tal como viene ocurriendo desde la llegada de este virus a dicho territorio, los países de Europa son algunos de los más golpeados por esta terrible crisis sanitaria. Debido a esto, las naciones que se encuentran inmersas en la tercera ola del SARS-CoV-2 se han visto en la obligación de plantear estrategias más agresivas para frenar el rápido avance de casos.
En esta tónica, múltiples países de este continente ya han empezado a poner en marcha sus nuevas medidas regulatorias, destacando entre todas ellas la prohibición del uso de mascarillas higiénicas -es decir, de tela, caseras o no profesionales- en espacios públicos como supermercados, centros comerciales e incluso la vía pública. Alemania fue la primera en implementar esta norma y, al poco tiempo, se le unieron otras naciones como Francia, que ha recomendado no usarlas más que obligar a hacerlo, y Austria, quien sí hizo obligatorio el uso de mascarillas FFP2 en transportes y espacios públicos.
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Dado que en los últimos meses, nuevas cepas del SARS-CoV-2 como la británica y la sudafricana han aparecido para complicar aún más la situación en la que se encuentran sumidos muchos países alrededor del planeta, las entidades más importantes de la medicina mundial se han apresurado a identificar las principales diferencias que poseen estas variaciones, como efectos y transmisibilidad, para idear estrategias que ayuden a la población a hacerles frente.
Es por esto que, en los próximos meses, el uso de las mascarillas tendrá un impacto significativo en las cifras de contagios registrados y la sostenibilidad de los sistemas sanitarios de los países devastados por la COVID-19. A lo largo de estos meses de pandemia, tres tipos de mascarillas han sido estandarizados en el mundo y estos, con sus respectivas características únicas, son los siguientes:
- Higiénicas: Término usado para englobar a todas aquellas mascarillas de tela, ya sean fabricadas de forma casera o no, y que no poseen homologación sanitaria. Básicamente, esto las hace trozos de tela que las personas usan para cubrir su nariz y boca pero que, al no tener los materiales necesarios, no les brinda protección alguna contra el virus. Su efectividad varía según el material y la forma de portarlo, sin llegar a ser significativa.
- Quirúrgicas: Mascarillas de tela o papel (liso o plisado) portadas usualmente por agentes hospitalarios. Se sabe que bloquean hasta un 95% de partículas de más de 3 micrómetros y, ya que no son herméticas, son más efectivas para evitar contagiar y ser contagiado. Con estas características, la seguridad que ofrecen es sumamente superior a la de una mascarilla higiénica.
- FFP2: Esta denominación incluye también a sus equivalentes N95, KN95, entre otros; sumando un filtrado superior al de una mascarilla quirúrgica (95% en torno a partículas más grandes de 0,6 micrómetros). Además, su ergonomía y ajuste también cumplen un mejor trabajo al aislar las vías respiratorias mientras es portado. Entre las que están disponibles para el público general, estas son las más eficaces.
Lo que pretenden lograr los Gobiernos de los países antes mencionados es reducir el número de contagios asegurando la eficacia de las mascarillas que portan las personas en espacios públicos donde concurre gran número de gente, como supermercados, centros comerciales, transportes públicos y otros. Dado que el avance del coronavirus contínua a un paso acelerado, es probable que cada vez más naciones comiencen a imitar estas medidas dado que, como bien se ha explicado, las mascarillas higiénicas son las más usadas por los transeúntes, pero son las menos seguras contra la COVID-19.