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¿Por qué existen los años bisiestos? La explicación según la ciencia

aweita.pe

Todo el mundo sabe que hay 365 días en un año. Desde el colegio nos enseñaron que esta es la cantidad de días que demora el planeta en darle la vuelta al sol, pero en realidad la Tierra tarda 365,242 días en hacerlo, por ello se agrega un día más al calendario cada 4 años (29 de febrero).

Según los expertos como César Fuentes, astrónomo de la Universidad de Chile e investigador del Centro de Astrofísica y Técnicas Afines (CATA), esto tampoco es tan exacto porque la regla del año bisiesto no siempre se cumple.

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Por año, hay casi un cuarto de día que ‘sobra’, por lo que hay que sacar tres años bisiestos cada 400 años”. Esta fue la razón por la que los años 1700, 1800 y 1900, no fueron bisiestos, pero sí lo fue el año 2000 (¿ya ves que no siempre se cumple?)

¿Y qué sucedería si no se hiciera esta adecuación?

Se acumularía un error entre la posición de la Tierra y su vuelta al Sol y con el pasar de los años estaríamos desfasados, nos cambiarían las estaciones, la posición de las estrellas, etc. Por eso todos los calendarios que existen (el islámico, el hebreo, etc.) consideran algún tipo de día extra porque se nota la diferencia.

La historia de los años bisiestos

Todo este enredo comenzó el año 46 a.C cuando el emperador Julio César le pidió al astrónomo Sosígenes de Alejandría que calculara cuántos días tenía un año solar y adecuara el calendario que usaban los romanos. De esta forma se le agregó un día nuevo a febrero cada cuatro años.

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Dieciséis siglos después, el papa Gregorio XIII, reunió a sus astrónomos y pidió calcular nuevamente porque las estaciones y solsticios no coincidían con el calendario. Los científicos se dieron cuenta que por culpa del calendario romano se habían acumulado 10 días de desfase. Por esta razón el día jueves 4 de octubre de 1582 fue convertido en el viernes 15 de octubre de 1582. Desde ahí en adelante comenzó a funcionar el calendario gregoriano que calculó los años bisiestos con la siguiente fórmula matemática: si un año es divisible por 4, entonces será bisiesto; pero no lo será si es divisible por 100, excepto que sea divisible por 400 (lo sabemos, es todo un rollo). Esto quiere decir que cada 400 años hay tres que no serán bisiestos.

El mes de febrero fue el elegido para esto ya que por entonces tenía 30 días. Bisiesto, significa seis días antes del mes de marzo por lo que se sumaba entre el 23 y el 24 de febrero. Sin embargo, los emperadores Julio César y César Augusto quisieron tener sus meses (julio y agosto) con 31 días. Por lo tanto, cuando estuvieron a la cabeza del imperio romano, quitaron días de febrero y los sumaron a los meses que llevan sus nombres, dejando al segundo mes del año (que antes tenía 30 días y 31 en los bisiestos), con solo 28.

¿Sabías esto?