La insólita historia del futbolista que mintió a varios clubes y pocos conocen
Muy pocos conocen a Carlos Henrique Raposo, quien es considerado “el más grande estafador de la historia del fútbol”
A pesar de las mentiras que hizo, Kaiser dice no arrepentirse de nada<p></p> <p> </p> <div class="fb-post" data-href="https://www.facebook.com/aweita/posts/1322447967870236" data-show-text="true" data-width="500"> <blockquote cite="https://www.faceb
Brasil siempre ha sido un país que se ha caracterizado por ser cuna de los mejores jugadores de fútbol. Ejemplos sobran: Pelé, Ronaldo, Rivaldo, Ronaldinho, Neymar, etc. Sin embargo, existió uno que se hizo famoso por su increíble talento fuera de las canchas, hablamos de Carlos Henrique Raposo o “Kaiser”
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El popular Kaiser se hizo conocido en los 80’s, cuando el fútbol brasileño aún no alcanzaba los niveles de formalidad de hoy a pesar que ya habían algunos modestos contratos. No existe registro de sus habilidades con la pelota, pues el “exjugador” brasileño resaltaba en otra área.
Con un aspecto físico similar al de Franz Beckenbauer (por eso el apodo de “Kaiser”), empezó a “jugar” al fútbol en su país, llegando a equipos como Botafogo, Flamengo o Vasco da Gama. Carlos Henrique aspiraba a tener la misma fama que Beckenbauer, pero sabía que con su “talento” para el fútbol no iba a ser suficiente y acudió a otros recursos.
En teoría, Carlos Henrique era contratado para jugar al fútbol, pero en la práctica, se encargaba que eso no sucediera. Las personas que llegaron a conocerlo hablaban de lo carismático que era. Hacía amigos en todos los equipos que llegó, no tenía preferencias; se juntaba con jugadores, entrenadores, periodistas y presidentes de clubes.
La estrategia del Kaiser consistía en firmar contratos y en los entrenamientos, previos al inicio de temporada, fingía lesiones para no ser tomado en cuenta por el entrenador. Su compañero y exjugador del Real Madrid, Ricardo Rocha, decía que "Su único problema era el balón… Él decía que era delantero, pero era un delantero tan completo que nunca marcó y nunca dio una asistencia de gol. Siempre decía estar lesionado". Además agregó, “cuando la pelota estaba a la izquierda, él se iba a la derecha y viceversa. No tenía talento para jugar, pero era muy, muy buena persona. Todo el mundo le quería mucho".
Cuando la mentira de Carlos Henrique se veía amenazada por los entrenadores que le exigían resultados, convencía a algún compañero para que lo lesionara con una falta que parezca real, de esa manera podía ir al departamento médico del club, donde, a través de sobornos, convencía a los médicos del club para que firmasen resultados alterados. pareciera lo más real posible, de modo que luego pudiese irse a la enfermería. Allí, a través de unos sobornos, convencía a los médicos para que le firmaran la baja.
Kaiser lo cuenta así: “Yo le pedía a alguien que chocase conmigo al saltar por el balón en algún centro al área. Entonces decía que me dolía la parte posterior del muslo y me quedaba 20 días en el departamento médico"; sigue, "Cuando la cosa se iba poniendo más difícil, tenía un amigo dentista que me daba un certificado según el cual yo tenía algún problema físico. Y así tiraba adelante"
Su habilidad para ganar amistades y fingir lesiones lo llevaron a Francia, Kaiser firmó por el Ajaccio de ese país. En la presentación ante la afición del equipo galo, Carlos Henrique Raposo, nervioso de que se dieran cuenta de sus deficiencias técnicas con el balón, se encargó de reventar todos los balones a los espectadores mientras besaba la camiseta. Su salida del club era obvia, el ingenioso brasileño no duró ni media temporada en europa.
La anécdota que más se cuenta sobre Kaiser fue cuando firmó por Bangu, club a donde llegó como gran figura. Castor “El Bichiero” de Andrade, conocido por ser cabecilla de una mafia, era el presidente de la institución. Con la estrategia de siempre, el “artista” brasileño se la pasó lesionado toda la temporada, sin imaginarse que Bangu llegaría a la final, y es ahí que Castor quiso poner a prueba a su gran ‘jale’.
Bangu iba perdiendo por 2-0 y Castor, al ver que su equipo no iba a alcanzar el objetivo, ordenó al director técnico que haga ingresar a “Kaiser”, quien muy nervioso sabía que si no ingresaba, probablemente lo mandaban a matar y si entraba y se daban cuenta que no servía para el fútbol, también iba a ser asesinado, así que mientras calentaba decidió buscarle pleito a la afición del equipo rival ¿Para qué? Para que el árbitro, enterado de su mal accionar, lo expulsara y no pudiera ingresar.
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Enterado del suceso, Castor lo encaró y le preguntó qué había pasado, “Kaiser” le respondió que la barra contraria lo había insultado (en referencia al presidente del club) y que lo consideraba un falta de respeto que no iba a permitir porque consideraba a Castor como un padre, el presidente no dudó en considerar el gestor de Carlos Henrique Raposo y le renovó el contrato.
Fuente: The Guardian / Vice Sports