Contrató sicario para matar a su esposo y el FBI lo hizo pasar por muerto; final de película (FOTOS)

Muchos pensarán que se trata de una película, pero la historia es de la vida real, de una 'feliz pareja conformada por el puertorriqueño Ramón Sosa y su esposa de origen mexicano llamada María, quienes llevaban una vida agradable en Texas, hasta que algo sucedió que terminó convirtiendo todo en un completo infierno. 

TE PUEDE INTERESAR: RETO MATEMÁTICO: SOLO EL 5% LOGRA ACERTAR ¿CREES QUE SEAS UN GENIO?

Ramón llevaba una carrera como boxeador amateur y luego abrió un gimnasio en Texas, más adelante conoció a María, una profesora mexicana de kinkboxing, más conocida como Lulú, y al poco tiempo se volvieron novios, iniciando así su historia de amor. 

"Era una mujer maravillosa. Me hacía la manicura, pedicura y masajes en los pies. Me ponía aceite en la espalda y me hacía más masajes. Era el paraíso, y mis amigos estaban celosos", indicó Ramón para Infobae; sin embargo, el único problema que tenían era que María no tenía permiso de residencia legal es Estados Unidos, por lo que debía de salir del país después de algunos meses hasta que en el 2010 contrajeron matrimonio. 

El amor duró algunos años, ya que cuando atravesaron un duro momento económico, ella de la nada pidió el divorcio en el 2015, pero las cosas fueron más allá, debido a que Lulú decidió contactarse con un tal Gustavo con la intención de que le consiguiera un asesino a sueldo para matar a su esposo. El pago sería 2 mil dólares y la camioneta de Ramón. 

Lo que ella no sabía era que Gustavo asistía a clases de boxeo con Ramón. "Él había tenido problemas en el pasado, pero ya había cambiado su vida, y yo lo entrenaba. Cuando me llamó y me dijo que quería verme porque había alguien que quería matarme, pensé que me estaba haciendo una broma", indicó Ramón para el Daily Mail. 

NO TE LO PIERDAS: LA CRUDA REALIDAD DE CÓMO ES CUMPLIR 15 AÑOS EN CUBA (FOTOS)

Al enterarse de los planes de su esposa, Ramón le solicitó que vaya a la reunión pactada con un micrófono en la ropa para grabar todo. Ya en la reunión, Gustavo le consultó a Lulú si no era suficiente solo una paliza, a lo que ella contestó que "solo me sirve muerto", y todo quedó registrado en la grabación.

Con el material en su poder, Ramón acudió a la comisaría de Montgomery Country, y los efectivos le propusieron un plan para desenmascarar a su esposa, por lo que él debería de hacerse el muerto y esas fotos se las llevarían a la mujer para ver su reacción. Para la puesta en escena usaron pintura y montaron una escena de asesinato de un balazo en la sien para ver la reacción de Lulú al ver las fotos.

Uno de los policías se hizo pasar por sicario y le enseñó las fotos a la mujer, y ella solo atinó a reír al verlas, por lo que fue detenida de inmediato y tras el juicio fue condenada a 20 años de prisión.