Ella rescató a una niña enferma en Haití, dos años después la pequeña luce irreconocible (FOTOS)

¿Crees en el poder de la adopción? Es decir, que todo niño es deseado, ya sea por sus padres naturales o por alguien más. Esta es la historia de Nika, una niña haitiana que nació con Hidrocefalia, una enfermedad que provoca una acumulación de líquido dentro del cráneo, haciendo que la cabeza luzca desproporcional al resto del cuerpo. Nika era hija de una prostituta, quien no tuvo ni el más mínino cuidado con ella, pero cuando Sarah Conque la vio, supo de inmediato que ella era su hija.

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Sara Conque, es una terapeuta infantil que, desde que inició su carrera, tenía el deseo de poder ayudar a los niños en Haití. En el 2013 cogió sus maletas y se dirigió a uno de los países más pobres del mundo y empezó a ofrecer su ayuda en el Centro Médico de Niños de Danita. Después de un año de trabajo, una joven madre llegó al Centro y tenía en sus brazos a una pequeña de 3 meses, cuyo tamaño de cabeza sobresalía. La bebé estaba sumamente delgada, tenía un mal semblante y de inmediato se le otorgó ayuda médica.

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Según citan medios extranjeros, la madre era prostituta, por lo que la pequeña era producto de un embarazo no deseado y como sufría de Hidrocefalia, la mujer ocultaba a su hija por vergüenza.

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Pasaron algunos meses y  Sarah decidió visitar a la madre, la joven había sentido una conexión especial con Nika desde que llegó a la estancia médica. Cuando llegó a su casa, la encontró en el suelo, al lado de la basura y para tener once meses de edad, apenas pesaba apenas 2,7 kilogramos. Sarah persuadió a la madre para adoptarla y cuando lo logró, empezó a contar en el portal web “Little Warrior Nika” toda la evolución de la pequeña. Si Nika había sobrevivido once meses en estas condiciones y aun con su enfermedad, era porque tenía todas las ganas de vivir.

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Hoy, tras dos años de terapia y mucho amor, Nika es la hija de Stephen y Sarah, juntos han formado una hermosa familia y ver la increíble transformación de la pequeña, nos hace creer en el poder de la fe y el amor. ¡Eres preciosa Nika!