La hija de Pablo Escobar reapareció, tras la muerte de su padre su vida cambió radicalmente

Manuela era su nombre. Así, por lo menos, la llamaba su padre Pablo Escobar cuando era niña. La pequeña era la consentida del narcotraficante quien hacía de todo con tal de consentirla. A Escobar no le importaba las cosas que tenía que hacer. Los caprichos y deseos de Manuela Se cumplían. Con la muerte de su padre, Manuela tuvo que huir junto a su hermano y mamá de Colombia debido a las amenazas de muerte que surgían. Desde entonces pocas veces ha declarado a la prensa a comparación de su hermano quien incluso ha publicado libros sobre Pablo Escobar.

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El periodista y escritor colombiano José Alejandro Castaño publicó el libro ‘Cierra los ojos princesa’ sobre la engreída de Escobar: “El drama para Manuela comienza cuando el padre muere y ella no tiene manera de agarrarse a la realidad, era demasiado pequeña para comprender".

Después de que Alemania y Estados Unidos les nieguen el asilo volvieron a Colombia. Luego, consiguieron el asilo en Argentina donde los hijos y esposa de Escobar cambiaron de identidad. La hija de Escobar pasó a llamarse Juana Manuela Marroquín.

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"Pero hay una escena aún más conmovedora, ante el cambio de milenio, en su colegio los profesores proponen que los alumnos elijan a los protagonistas del Siglo XX. Unos alumnos optan por Einstein, otros por Hitler, Manuela elige a Chaplin. Un compañero se decide por Escobar, el narcotraficante del siglo XX. Ella escucha en silencio el retrato de su padre, nadie adivina que justo ahí está la hija", dice Castaño en su libro.

Recientemente la revista Gente captó algunas imágenes de Manuela. Así luce ahora a sus 33 años: