Tender la cama es malo para la salud, conoce el por qué, según científicos

En las mañanas, luego de despertar de un descanso reparador, lo primero que solemos hacer es tender nuestra cama, por costumbre, decisión propia o porque tal vez tuvimos una mamá que lo primero que nos decía al levantarnos  era ‘Tiende tu cama, hijito’, (y se nos formó esa costumbre).

Al respecto, distintos estudios aseveran que el acto de tender la cama es perjudicial para nuestra salud, debido a que cuando cubrimos nuestra cama con las mantas o las frazadas generamos un espacio en donde millones de bacterias y ácaros que ahí habitan se reproducen con mayor facilidad.

Uno de los estudios más citados sobre el tema, es el elaborado por la Universidad de Kingston, que es el de más relevancia para los medios de comunicación.

MIRA AQUÍ: HORAS QUE NECESITAMOS DORMIR SEGÚN NUESTRA EDAD (VIDEO)

Diferente situación se genera cuando dejamos las sabanas y las frazadas sin tender, porque al hacerlo, se reducen los niveles de humedad, situación que impediría se generen dicho ácaros.

Las bacterias, ácaros y seres microscópicos se reproducen en ambientes cálidos y húmedos, mayoritariamente en el espacio generado por el sudor de nuestros cuerpos en la noche.

Cuando dejamos de tender la cama, la humedad se seca, lo que haría que las bacterias, ácaros y seres microscópicos se deshidraten y mueran.

MIRA ESTO: USAR TU SMARTPHONE O TABLET ANTES DE DORMIR ES PERJUDICIAL, SEGÚN ESTUDIO

Es importante acotar que los seres sumamente pequeños que habitan en nuestra cama son capaces de producir en nosotros alergias y enfermedades respiratorias.

Asimismo, es bueno acotar que sumado al hecho de no tender tu cama, al menos en las primeras horas de la mañana, hay que agregar otros factores importantes que señalaremos a continuación:

• Lava tus frazadas constantemente.
• Cambia tus almohadas.
• Abre las ventanas y cortinas de tu cuarto.

Estos tres simples actos ayudarán a que te mantengas alejado de posibles enfermedades y alergias, producto de los ácaros que habitan en nuestra cama, que según cálculos científicos, son alrededor de 1.5 millones de seres microscópicos los que se generan por el polvo doméstico producto de las distintas actividades del hogar.