5 consejos para superar la muerte de los padres, el luto más complicado
Llegó el tiempo de aprender a vivir sin ellos
La vida nos cambia cuando alguno de nuestros padres dejar de respirar. Su voz, su sonrisa, sus gritos, sus momentos de cólera o risa exagera, esos pequeños momentos que no volverán a pasar, pero que se almacenan en nuestro corazón e incluso cuando lo recordamos, es como si volvieran a pasar. Sin duda, uno de los lutos más difíciles de enfrentar.
Es cierto que superar el dolor depende de muchos factores, hoy lo analizaremos y a partir de ello te daremos 5 consejos para poder asimilar su partida y continuar con nuestra vida, que casi siempre se queda estancada en el adiós a mamá o papá.
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Lo primero que debes saber es que, aunque la pérdida es la misma, el dolor se lleva distinto dependiendo las causas y el tiempo. No es lo mismo que uno de nuestros padres haya muerto por muerte natural, que por un suicidio o asesinato. Mucha gente no entiende esto. Por más que sepamos que nuestros padres algún día debían de irse, no concebimos que sea una persona quien se haya encargado de apresurar este momento.
Así mismo, el luto varía según el tiempo de pérdida. Si ambas padres fallecieron, el dolor es indescriptible, la ausencia de vacío y desgano de vivir se apoderan del hijo o hijos. En cambio cuando existe un lapso de tiempo entre la pérdida de uno y otro progenitor, el luto es más soportable, porque en cierta forma estamos más preparados.
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Además de todo ello, hay otro factor a considerar: la cantidad de hijos. No es lo mismo aceptar la pérdida de una madre cuando eres hijo(a) único(a) que cuando tienes hermanos. Tratemos de entender el dolor que significa perder más del 30 % de tu vida, porque en una familia con un solo hijo(a), cada miembro ocupa el 33,333 % de su alma, cuerpo y ser.
Ahora que sabemos las diversas circunstancias de este dolor, te presentamos 5 consejos para superar este terrible momento.
#1 ACEPTAR QUE YA SUCEDIÓ
Nuestro mayor temor se cumplió y no podemos retroceder el tiempo. Ya no estará a nuestro lado, es real y debes aceptarlo como es. No pienses que se fue a un viaje largo o que está en un profundo sueño, porque sin querer alimentas la esperanza de que volverá. Ella o él te dedicaron lo mejor que pudieron, es hora de rendir frutos y las lágrimas no pueden ser eternas, empañan tus ojos y no te dejan ver que al frente hay mucho por lo que luchar.
#2 NO FUE TU CULPA
Es el primer pensamiento y tienes que entender que tú no eres Dios o el controlador de la vida. Sí, tal vez no fuiste el hijo o hija ejemplar, pero eso no significa que tu padre o madre no tuvo el hijo que se merecía. Recuerda que eres lo más hermoso que le pasó en la vida y pese a todo, te amó tanto que te dio la liberta de elegir cómo llevar tu vida. Si le gritaste, contestaste, desobedeciste, todo fue parte del aprendizaje. Nadie le enseñó a ser madre o padre, nadie te iba a enseñar cómo ser un buen hijo. Lo aprendes solo a partir del ejemplo, reflexiona en ello y agradece la lección que te está dando a pesar su partida. Eres más valiente de lo que imaginas, en el cielo lo saben.
#3 NO TE AFERRES A UN RECUERDO
Nadie quiere olvidar a un padre o una madre, pero si crees que poniéndote su ropa o adaptando sus costumbres ‘honrarás’ su memoria, estás en un error, solo aumentas el dolor de su partida. Tus padres siempre quisieron lo mejor para ti, incluso que fueras mejor que ellos. Si te limitas a imitarlos no crecerás. Recoge todas sus enseñanzas, recuerda sus consejos y sé mejor cada día, es la mejor forma de honrar de quien eres hijo.
#4 NO TE AÍSLES O TE ABANDONES
Sí, es muy difícil. No tienes ganas de salir de tu cama ni ver la luz del sol. Es normal los primeros días, los dos o tres primeros meses, pero todo tiene un límite. ¿Crees que tu madre o padre te hubiesen dejado deprimirte por tanto tiempo? Para empezar a recuperar el sentido a la vida tienes que recordar que hay personas a tu alrededor, vivas, llenas de energía y amor, que te necesitan, que necesitan tu talento, te necesitan a ti. Además debes apoyar a tu otro progenitor. No eres el único con ese dolor, pero depende de ti empezar a superarlo. ¡Tú puedes!
#5 DISFRUTA LA VIDA
Nadie dice que debe demorarte un día o un año para superar este dolor. Lo mejor es seguir adelante y cuando menos te des cuenta, ya estarás sonriendo otra vez. Tú sigues vivo y es hora de encontrar un nuevo sentido para vivir: algún amor, el trabajo, terminar la universidad o ser el mejor amigo del mundo. Báñate, cámbiate de ropa, alista un poco de dinero y ve a comprar algo que te guste. En el camino verás que hay muchas personas luchando por salir adelante. ¡No te quedes atrás! Y si tienes a uno de tus padres vivos, no esperes lamentaciones y disfruta de su cálida compañía. Mereces volver a sonreír.