¿Miedo a las agujas? Este sencillo truco podría ayudarte a superarlo

Durante la época escolar hay algunos episodios que nunca olvidaremos, más allá de la chacota diaria llegaba un día en el que todos nos poníamos serios y nos preparamos para un evento que no podíamos evadir “La hora de la vacuna”.  

Claro que hay algunos que iban con sus padres al hospital pero la mayoría hacía su colita para que las enfermeras del Ministerio los vacune, y ahí estaba la famosa pelea por quién iba primero, claro que todos querían ir últimos por el gran miedo y repudio que le tenemos, en general, a las agujas.  

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La más valiente del salón era siempre la primera, y luego uno a uno se iban viendo los ‘valientes’, pero estamos seguros que jamás olvidarás la imagen de ese amigo que por nada del mundo dejó que le pusieran una inyección, que pataleó, que lloró, que rogó y que por último se escondió pero nadie logró ponerle la vacuna.

Estamos seguros que acaba de venir a tu mente ese amigo, y si no, pues seguro fuiste tú, y eso no está tan mal del todo pues incluso existe una fobia sobre eso, hablamos de la belonefobia, es decir el miedo irracional a las agujas y/o objetos afilados. La misma que, aunque no lo creas, está más presente en adultos que en niños, pues en los más pequeños puede ser controlada con cierta facilidad, en cambio en los grandes es un problema enorme, pero no todo está perdido.

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Un estudio publicado en el British Journl of Plastic Surgery presenta una efectiva solución para olvidarnos del temor a las agujas –y también del dolor-, por lo menos mientras nos aplican una inyección.

El truco estaría en pedir a los pacientes que tosan un poco segundos antes de aplicarle la inyección. ¿Solo toser? Sí, solo toser pues esta acción generaría un aumento en la presión arterial y además una distracción momentánea, así el paciente ya no sentiría dolor cuando la aguja es introducida en su cuerpo.