• icon fb

¿Rusia oculta una ciudad? Ozerk, la localidad secreta que no sale en el mapa

Esta ciudad esconde un gran secreto y Rusia no quiere dar a conocerlo

Esta ciudad esconde un gran secreto y Rusia no quiere dar a conocerlo

Hay una ciudad de Rusia que no se puede visitar, que ha desaparecido del mapa y de la que ni siquiera se puede hablar. Está alejada del mundo y los que allí viven no son unos ciudadanos rusos más. Ozersk tiene todo el encanto de una capital europea: hermosos parques, amplias plazas, lagos y miles de personas viviendo en paz y armonía. Pareciera normal, pero no lo es.  Esta localidad tiene altos niveles de radiación, está rodeada por una doble verja con alambre de espinos y vigilada constantemente por guardias de seguridad. ¿Una ciudad-cárcel? ¿Una ciudad fantasma? ¿Prisioneros de guerra? ¿Qué pasa realmente en Ozerk?

La ciudad de Ozerk fue tomada como parte de un experimento por los soviéticos

NO TE LO PUEDES PERDER: EL PUEBLO MALDITO QUE UN DÍA DESAPARECIÓ SIN DEJAR HUELLA

La ambición de Rusia por ser mejor que Estados Unidos llegaría muy lejos. Años después de la Segunda Guerra Mundial, en 1947, en los albores de la Guerra Fría, que los enfrentaría a los norteamericanos en una lucha silenciosa por el poder del mundo, los soviéticos decidieron construir una ciudad secreta en la que pudiera desarrollar experimentos nucleares. Se inspiraron en Richland, a la ciudad de Washington en la que el gobierno estadounidense creó la infame “Fat Man”, la bomba de plutonio que arrasó Nagasaki al final de la Segunda Guerra Mundial. La ciudad fue rebautizada como Ciudad 40 y vio nacer la primera bomba nuclear de la Unión Soviética. Miles de habitantes fueron reubicados allí y ellos tenían todo lo que ningún otro ciudadano ruso podría imaginar: trabajos bien pagados, vivienda, una educación excelente y seguridad. Solo les pedían una condición: renunciar a su libertad y al contacto con el mundo.

TAMBIÉN TE INTERESARÁ: BABA VANGA: TEMIBLES PROFECÍAS DE LA VIDENTE CIEGA QUE VIO EL FIN DEL MUNDO

La directora de cine Samira Goetschel tuvo acceso a su interior y pudo hablar con los habitantes. El resultado de esta inmersión se puede ver en el documental “City 40”.

Casi tres generaciones después, muy poco ha cambiado en Ozersk siguen almacenándose gran parte de las reservas nucleares de Rusia.