Ningún médico podía atenderla, así que mintió y dio a luz a la niña más prematura de la historia
Una mujer tuvo complicaciones en su embarazo y para no perder a su bebé mintió. Los médicos forzaron el parto y cuando vieron la apariencia de la niña quedaron enmudecidos.
La conmovedora historia de la madre que tuvo que mentir para que su hija nazca
¿Has visto lo tiernos que son los bebés prematuros? A sus siete u ocho meses, tienen un peso y talla por debajo del promedio, su lucha por su supervivencia es diaria, pero gracias a los avances tecnológicos estos bebés pueden salir adelante. Pero ¿qué pasa cuando un bebé es más prematuro de lo normal? Si creías que los bebés de seis meses eran los más pequeños, tienes que conocer a Amillia, la niña que nació a las 21 semanas.
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Si no eres bueno con los cálculos, Amillia nació con poco más de 5 meses, ¡cuando su cuerpo era muy pequeñito! Su nacimiento fue en el 2006 en un hospital de Miami y sus impactantes fotografías dieron la vuelta al mundo. Nadie podía creer que una bebé de esa edad pudiera estar fuera del útero. Medía menos de 25 cm y pesaba casi 300 gramos.
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Amillia llegó por cesárea. Muchos se preguntaron cómo era posible que los médicos permitan un alumbramiento en esa etapa. Cuando los medios cubrieron el caso, descubrieron que todo fue consecuencia de una mentira de su madre. Sonja Taylor había esperado mucho tiempo por un bebé, incluso se realizó una inseminación artificial para tener a Amillia.
Al cuarto mes del embarazo hubo complicaciones, incluso se inflamó el útero. La vida de la madre corría peligro, pero Sonja no dejaría que su anhelada bebé se vaya. Esperó unas semanas más y para salvar la vida de su hija forzó el parto. A los nuevos médicos que la atendieron les dijo que tenía 24 semanas de embarazo, cuando en realidad estaba en la 21.
La niña vino al mundo y contra todo pronóstico logró sobrevivir la primera hora, crucial para los bebés prematuros. Cuando se supo el verdadero estado de gestación de Sonja, la niña se consagró como la bebé más prematura de la historia que logró sobrevivir.
“Simplemente no podíamos creerlo. Amillia trató de gritar y llorar después de su nacimiento. Y con tan sólo 21 semanas y seis días. Un embarazo normal dura entre 37 y 40 semanas”, cuenta una de las enfermeras que atendió el parto.
Amillia pasó dos meses en la incubadora y bajo estricto cuidado, ni sus padres podían acercarse. Después de este tiempo Sonja pudo cargar a su bebé. Con el pasar de los meses, la niña empezó a ganar peso y estatura con normalidad.
El caso de Amillia se siguió por algunos años y aunque no hay fotografías de cómo luce en la actualidad (pues ya tendría 11 años), sí podemos ver su recuperación hasta los primeros años de edad. Estamos seguros que con el amor de su familia, creció como una niña y, ahora, adolescente normal.