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Dos hombres inocentes fueron quemados vivos por una cadena falsa de WhatsApp [VIDEO]

Las Fake News se encuentran en todas las redes sociales. En un pueblo de México, la falsa cadena de dos secuestradores de menores hizo que los ciudadanos quemaran vivos a Ricardo y Alberto Flores.

Ricardo y Alberto Flores eran inocentes.

Ricardo y Alberto Flores eran inocentes.

El asesinato de Ricardo y Alberto Flores, ambos inocentes de secuestro de menores de edad, fue compartido en Facebook a través de un video en vivo. La propia madre de Ricardo y hermana de Alberto vio el linchamiento desde su hogar a kilómetros de distancia mientras aseguraba que sus familiares eran inocentes. Nadie le hizo caso.

Fueron acusados erróneamente de haber secuestrado a varios niños luego de que la Policía los detuviera por un supuesto crimen menor. Todo comenzó por un mensaje viral de WhatsApp.

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El hecho ocurrió en agosto, pero tras un arduo reportaje publicado por la BBC se llegó a saber cómo se inició aquel devastador evento en México. Francisco Martínez se encontraba en la comisaría cuando los dos hombres fueron detenidos y a través de un video de Facebook convocó a las personas a que se acerquen.

“Gente de Acatlán de Osorio, Puebla, por favor vengan a mostrar su apoyo. Créanme, los secuestradores están aquí ahora”, dijo a la cámara. Mientras tanto, otro hombre aún no identificado hizo sonar las campanas luego de treparse al techo de un edificio y alertó que los oficiales planeaban dejar en libertad a los supuestos secuestradores. Una tercera persona, Petronilo Castelán, pidió mediante un altavoz que los ciudadanos dieran dinero para comprar combustible y así prenderle fuego a los detenidos.

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La gente empezó a llegar al lugar. Las pocas personas que había en un inicio se volvieron un mar de gente sedienta de sangre, ciegas ante un mensaje falso que habían visto en sus celulares y con el afán de hacer “justicia” con sus propias manos y cerillos.

La multitud forzó la reja de la comisaría y arrastraron a Ricardo y Alberto Flores. Otros sacaban sus celulares del bolsillo y se disponían a grabar la trágica muerte de quienes creían se lo merecían. Abatidos contra el cemento, recibieron golpes y patadas para finalmente ser bañados en gasolina y quemados vivos.

Algunos testigos afirman que Ricardo murió producto de la salvaje golpiza, pero Alberto sí estaba vivo cuando su cuerpo ardía en llamas pues movía sus brazos lentamente. La Policía comentó que los hombres eran inocentes y su muerte fue producto de la histeria colectiva de un pueblo que no supo detectar una noticia falsa.