Shigeru Miyamoto, creador de Super Mario y The Legend of Zelda, asegura ser un jefe complicado y fastidioso

Shigeru Miyamoto, el genio creativo detrás de algunas de las franquicias más icónicas de Nintendo como son Super Mario, The Legend of Zelda, Donkey Kong y Star Fox, es una de las figuras más admiradas de la industria de los videojuegos dado su aporte con algunas de las mejores obras que el medio ha gestado jamás. Una persona que ha sido capaz de marcar la infancia de generaciones de gamers podría ser considerada como un terrón de azúcar por los que disfrutaron sus títulos. Sin embargo, el japonés esconde una faceta severa que no se refleja en sus creaciones.

Tal como explicó en una entrevista concedida al portal The New Yorker, Miyamoto reveló una serie de detalles respecto a su persona y su carrera profesional en Nintendo a lo largo de los años. Además de compartir anécdotas como la preferencia de sus propios hijos por los juegos de Sega -compañía rival de la Gran N durante la década de los 90- antes que los desarrollados por él cuando eran pequeños, también admitió ser un jefe “bastante difícil y fastidioso”.

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"Cuando la gente me ve, creo que probablemente imaginan que soy muy agradable. Pero si le preguntas a la gente de primera línea, los que realmente trabajan conmigo, puede que digan que soy verdaderamente difícil, o que siempre tengo algo que comentar sobre su trabajo”, dijo el desarrollador en la entrevista. Esta información prácticamente confirma lo que algunos de sus compañeros en Nintendo mencionaron en una divertida conversación con The Guardian sobre el japonés, afirmando que éste nunca los había felicitado por nada entre risas.

"He tenido la suerte de crecer en un entorno donde la gente me elogiaba. Soy consciente de que hay una sensación entre la gente que trabaja conmigo, que no reciben elogios adecuados, que siempre estoy fastidiando con su trabajo", reconoció el desarrollador a The New Yorker. Por supuesto, esto no significa que Miyamoto no sepa apreciar los esfuerzos de su equipo, es más una filosofía de dirección que el japonés eligió.

"En este trabajo tenemos que crear productos, lo que requiere cierta planificación. Pero es también importante hablar de esos planes en un registro diferente, no solo como producto, sino como una visión o un sueño. Creo que mi fortaleza es que soy capaz de mostrar de manera convincente cómo quiero que sea un proyecto, y al mismo tiempo estar al tanto de los detalles relacionados con hacer realidad ese sueño. Por ello, a veces tengo una experiencia algo desconcertante de que la gente me ve como alguien negativo a la hora de tratar con los detalles, y una persona muy positiva cuando hablo de la visión del producto”, dijo Miyamoto sobre el contraste entre su naturaleza soñadora y su actitud estricta en el trabajo.