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Más de un millón de personas podrían no haber recuperado el olfato tras contraer COVID-19

Una reciente investigación ha alertado a los especialistas con respecto a las personas que pierden el sentido del olfato debido a esta enfermedad.

Más de un millón de personas podrían no haber recuperado el olfato tras contraer covid-19

Más de un millón de personas podrían no haber recuperado el olfato tras contraer covid-19

Un reciente estudio ha causado preocupación entre los especialistas con respecto a las personas que pierden el sentido del olfato.

En una investigación publicada el 18 de noviembre por la revista JAMA Otolaryngology-Head & Neck Surgery, se revela que el estimado de personas que han perdido o sufrido un cambio en su sentido del olfato por más de seis meses oscila entre los 700.000 y 1,6 millones solo en Estados Unidos. Se trata de personas que han estado infectadas de COVID-19.

Los autores del estudio pertenecen a la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis, y creen que la cifra podría ser mucho mayor. Indican que lo que agrava la situación es que pese a que muchas de las personas afectadas recuperarán el olfato con el pasar del tiempo, muchas otras pueden haberlo perdido para siempre.

El estudio concluye lo siguiente:

"Estos datos sugieren una preocupación emergente en materia de salud pública de la DO y la necesidad urgente de investigaciones que se centren en el tratamiento de la COD causada por COVID-19".

Según John Hayes, director del Centro de Evaluación Sensorial de la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad de Pensilvania, las secuelas de la enfermedad y su repercusión en la salud de las personas va a durar décadas. Hayes no formó parte de este estudio, pero ha investigado este campo con íntegra dedicación, y esta de acuerdo con lo concluido: el número estimado de personas con problemas de olfato a largo plazo es conservador, y podría ser mucho mayor.

La perdida del olfato no debe ser tomada a la ligera. Un estudio de 2014 reveló que problemas con este sentido pueden ocasionar múltiples peligros para la salud de las personas, como comer alimentos en mal estado, por ejemplo. Además, se ha asociado este problema con la depresión.

Hayes agrega:

"Es realmente esencial en cuanto al apetito y las relaciones sociales, ya que las personas que han perdido el sentido del olfato pueden no ser capaces de detectar si tienen olor corporal, y también puede repercutir en la dieta (…) Algunos pueden decir que preferirían perder el sentido del olfato antes que quedarse ciegos o morir, pero hay una problema sustancial y real aquí".

Esperemos que se le dé la importancia debida a este problema y que, con las vacunas en niveles cada vez más avanzados, los especialistas se puedan centrar también en tratar las secuelas de la enfermedad.

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