¿Recuerdas la imagen del joven en llamas? Esta es la impactante historia detrás de la foto del año

Algunos dudaban de la veracidad de la imagen, pero lo cierto es que la foto del joven en llamas, que se viralizó hace un tiempo en redes, ha sido premiada como la mejor fotografía del año. Esta es la impactante historia que hay detrás

image internalLa impactante fotografía se ha convertido en símbolo de las protestas en Venezuela

¿Creíste que era ‘fake’…? pues te contamos la verdad. La conocida imagen del “joven llamas”, que, incluso, ha sido usada en miles de memes creados por los cibernautas, ha sido premiada como la mejor foto del año, en el certamen World Press Photo (WPP), el premio más prestigioso de fotoperiodismo del mundo. El autor de la impactante fotografía es Ronaldo Schemidt, un fotógrafo venezolano de 46 años que trabaja para la agencia AFP, quien, tras recibir el honorable galardón, decidió contar la verdadera historia detrás de la escena captada por su lente.

Schemidt reveló que la fotografía fue tomada el 3 de mayo de 2017 y se ha convertido en un símbolo de la lucha y las protestas que se viven a diario en Venezuela, pues registra el preciso momento en el que un joven manifestante del régimen venezolano arde en llamas tras estallar el tanque de gasolina de una motocicleta militar el 3 de mayo en la Plaza Altamira, en el este de Caracas.

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Según el autor de la instantánea, el breve pero significativo  momento que logró inmortalizar dura apenas 10 segundos. "Sentí un calor, el fogonazo y voltée. Yo no sabía qué era, sólo vi que venía una bola de fuego hacia mí. La seguí, disparando mi cámara sin parar, escuché sus gritos y fue hasta ahí que me di cuenta lo que era", dijo Schemidt a la AFP en Caracas.

Según cuenta el fotógrafo venezolano, quien dejó su país natal hace casi dos décadas, en ese momento  había sido enviado desde su oficina en México para reforzar al equipo de Caracas en la extenuante cobertura de las protestas opositoras.

El protagonista de la foto

Clamando auxilio, Víctor Salazar, un estudiante de bioanálisis, despojado ya de su camiseta encendida, se tiró en el asfalto, revolcándose contra el suelo para tratar de poner fin a su suplicio. Otros manifestantes lograron apaciguar la llamarada, a punta de manotazos, cuenta el fotógrafo.

Tras el terrible episodio, el joven se quemó 70% del cuerpo y fue sometido a 42 cirugías de injertos de piel. "Su tratamiento fue muy doloroso, muy traumático, gritaba, ya no quería vivir. Ahora está cicatrizando", contó recientemente su hermana Carmen Salazar.

Un año después, aún sigue en tratamiento, en su casa en Ciudad Guayana, en el sur de Venezuela. Víctor no quiere exposición en la prensa y, según su hermana, rechaza siquiera oír hablar del tema.

Para el fotógrafo venezolano, esta imagen significa mucho más que el reconocimiento de su trabajo, representa el sufrimiento de su país. "Esa foto representa la terrible situación de un país, el mío, en desgracia: atrapado en un espiral de violencia política y social", declaró desde Amsterdam a la oficina de AFP en Caracas.