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COVID-19: La vacuna de Oxford, la esperanza en la larga lucha que aún queda contra el coronavirus

Los avances conseguidos por los científicos de la Universidad de Oxford en Reino Unido se proyectan a ser decisivos para la elaboración de una vacuna contra el SARS-CoV-2.

Los resultados que la Universidad de Oxenford obtuvo con las primeras pruebas de su vacuna son sumamente prometedores. | Fuente: Unsplash.

Los resultados que la Universidad de Oxenford obtuvo con las primeras pruebas de su vacuna son sumamente prometedores. | Fuente: Unsplash.

Mientras la pandemia del COVID-19 continúa con su reinado de terror en el mundo, naciones y megacorporaciones han iniciado una carrera contrarreloj para hallar la vacuna que pueda neutralizar los fatales efectos que tiene este virus en el organismo de los infectados. Pese a que en los últimos meses se han reportado avances significativos por parte de ciertas entidades, lo cierto es que la humanidad comienza a ver una esperanza para detener el rápido avance del coronavirus en la vacuna de la Universidad de Oxford.

Esta prestigiosa casa de estudios de Reino Unido, en asociación con la gigante farmacéutica AstraZeneca, reveló el progreso que han ido consiguiendo con el pasar de los meses y tras cientos de pruebas con agentes humanos. La investigación fue publicada en la revista médica The Lancet y, pese a que aún queda un largo camino para controlar esta crisis sanitaria, lo obtenido por esta entidad es prometedor.

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El artículo en The Lancet indica que el prototipo de la vacuna fue administrada a 1,077 participantes y los resultados de la fase inicial del ensayo clínico revelaron que los pacientes a los que se les fue suministrada la primera dosis generaron anticuerpos neutralizantes y Linfocitos T, alejándose de lo obtenido por otros fármacos que priorizan contrarrestar los síntomas del virus dado que, en sus propias palabras, lo que se busca es generar inmunidad con la vacuna.

La explicación de lo que significa la dotación de estos microorganismos en nuestros cuerpos puede resumirse en que la vacuna de Oxenford provee los anticuerpos necesarios para que el paciente pueda combatir con el virus dentro de su organismo. Lo que hacen los Linfocitos T es atacar directamente a las células que ya han sido infectadas por el patógeno para evitar que se siga propagando por el sistema.

ChAdOx1 nCoV-19, nombre con el que se le conoce a la “vacuna de Oxenford”, logró que estos dos agentes permanecieran en el cuerpo de los sujetos de prueba por 56 días y, además, no causó graves efectos secundarios en ellos, quienes solo presentaron síntomas como fatiga, dolores de cabeza leves y un pequeño incremento de la temperatura corporal.

Una sesión de refuerzo posterior suministrada a diez de los pacientes de prueba demostró que su sangre tenía la cantidad de anticuerpos adecuada, lo cual es muy prometedor, pero aún no prueba su eficacia contra el COVID-19. Tras estos dos periodos de prueba, será tarea de la fase 3 la de comprobar si, efectivamente, se puede combatir al SARS-CoV-2 con esta vacuna. No obstante, dado que el primer periodo de prueba se realizó durante abril, lo obtenido en tan poco tiempo ha generado expectativa en la población mundial.

Cabe resaltar que, pese a lo prometedor del asunto, la vacuna aún no está desarrollada y los científicos deben plantearse otras interrogantes como la forma de generar la cantidad suficiente de estos medicamentos para abastecer a los infectados de todo el planeta. Por lo tanto, es imprescindible que la gente aún siga al pie de la letra los protocolos y normativas de seguridad para evitar un posible contagio de coronavirus.