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¿Sabías que hay una ciudad donde está prohibido morir? Conoce la razón de la peculiar ley

¿Sabías que hay una exótica ciudad en la que está prohibido morir, y, si estás a punto de hacerlo, te mandan a otro lugar? Conoce dónde se encuentra, y los motivos de supeculiar ley

Longyearbyen es el nombre de la ciudad en la que está prohibido morir

Longyearbyen es el nombre de la ciudad en la que está prohibido morir

Suena increíble, pero es real. Hay un lugar en el mundo en el que morir es ilegal -de hecho, no es el único-. Esto significa que si sufriste un grave accidente, estás muy enfermo o a punto de morir, te sacan de la localidad y te envían a otra parte del país.

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Estamos hablando de la ciudad noruega Longyearbyen, que se encuentra en la isla de Svalbard (archipiélago de Spitsbergen), entre la parte continental de Noruega y el Polo Norte.  De acuerdo a sus datos demográficos, este lugar se considera el asentamiento más septentrional del planeta, y su población es de poco más de 1.000 de personas.

Esta localidad no solo se caracteriza por su severo clima, sus noches largas, sus osos polares y la presencia del Banco Mundial de Semillas, sino también por una ley muy peculiar que prohíbe a las personas morir en el territorio de Longyearbyen. ¿La razón?

Según Dayli Mail, la ley fue promulgada en 1950, después de que se descubriera que los cuerpos enterrados en el cementerio local no se descomponían, debido al ‘permafrost’. Si los cuerpos no se descomponen, existe el riesgo de propagación de virus y enfermedades y, además, esto atrae a los depredadores.

Por estos motivos, si una persona sufre un accidente o una enfermedad grave, la envían en avión a la parte continental del país. Y si alguien muere en el pueblo, entonces su cuerpo también se traslada a otra parte de Noruega.

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No obstante a lo extraño que te pueda parecer, Longyearbyen no es el único pueblo del mundo donde las normas prohíben morir. La misma regla se aplica en otras partes. Entre ellas, tres aldeas francesas: Cugnaux, Le Lavandou y Sarpourenx, así como en la localidad española de Lanjarón, donde la directiva fue introducida debido a falta de espacio en los cementerios.